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Dos estudios, publicados en The New England Journal of Medicine y Morbidity & Mortality Weekly Report (MMWR), hallan que la vacunación contra COVID-19 protege de manera efectiva tanto de la infección como de la enfermedad grave a los niños y adolescentes entre 12 y 18años. Ambos trabajos cubren períodos en que la variante Delta, más transmisible, era la dominante. El pediatra Ángel Hernández Merino valora estos resultados.
Dos estudios, publicados en The New England Journal of Medicine y Morbidity & Mortality Weekly Report (MMWR), hallan que la vacunación contra COVID-19 protege de manera efectiva tanto de la infección como de la enfermedad grave a los niños y adolescentes entre 12 y 18años. Ambos trabajos cubren períodos en que la variante Delta, más transmisible, era la dominante. El pediatra Ángel Hernández Merino valora estos resultados.
Este artículo también está disponible en inglés.
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Me parecen interesantes, pues vienen a dar un poco de luz en un terreno como el de la efectividad de la vacunación de adolescentes con Comirnaty, del que hay muy pocos datos hasta el momento.
Otra razón del interés de ambas publicaciones (Reis en NEJM y Olson en MMWR) es que están hechas en un periodo de tiempo (junio a septiembre de 2021) en el que la variante delta era la predominante en los países donde se llevaron a cabo.
Con diseños diferentes, ambos estudios muestran resultados en la misma línea, la elevada protección proporcionada por la pauta completa con las dos dosis:
· En el caso de Reis en NEJM (estudio observacional): 90 % y 93 % frente a infección y covid sintomático, respectivamente.
· En el caso de Olson en MMWR (casos y controles): 93 % frente a hospitalización y enfermedad grave.
Es destacable, también, que los resultados en adolescentes no se apartan de lo encontrado en la población de mayor edad, a partir de los 16-18 años, de la que hay ya abundante información.
Falta, eso sí, saber si la duración de la protección en adolescentes será distinta que en los más mayores, en los que se constata una reducción con el tiempo de la tasa de anticuerpos séricos aunque no de la protección frente a enfermedad grave. Esta cuestión, y también para la población general, está aún muy verde, y aclarar la duración de la protección en adolescentes tardará aún más.