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Las olas de una enfermedad se producen cuando las tasas diarias de infecciones aumenta con el tiempo, alcanzan un pico y luego disminuyen más con el tiempo. Hay muchas características diferentes que determinan lo que desencadena una ola en cada región, pero ciertos aspectos siguen siendo los mismos.
Las olas de una enfermedad se producen cuando las tasas diarias de infecciones aumenta con el tiempo, alcanzan un pico y luego disminuyen más con el tiempo. Hay muchas características diferentes que determinan lo que desencadena una ola en cada región, pero ciertos aspectos siguen siendo los mismos.
La Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones internacionales de la salud se refieren con frecuencia a “las olas” de una pandemia, pero no existe una definición oficial. Una ola es un número creciente de casos de COVID-19 que presenta un pico específico y luego disminuye. En un gráfico luce similar a la forma de una ola que crece, alcanza un límite y luego decrece. Una ola también se define en algunos casos como un aumento repentino o un brote.
Los científicos en salud pública comenzaron a usar este término para describir diferentes picos y valles de infecciones durante los brotes de gripe a finales de 1800 y la “gripe española” de 1918-1929. Recurrimos a esta pandemia histórica para poder comprender y clasificar la propagación de la enfermedad y utilizar los hallazgos como modelos que nos podrían ayudar a predecir cómo la COVID-19 se comportará en la actualidad.
Cada ola tiene una característica diferente y puede afectar a diferentes poblaciones, aun dentro de un mismo país. Esto depende de si la enfermedad es estacional o si es una enfermedad especialmente distinta, como la H1N1 en 2009-2010, la cual afectó más a las personas mayores con enfermedades preexistentes que a otros grupos de población. Cuando la gente sale en verano, las olas de enfermedades por gripe generalmente disminuyen porque las escuelas están cerradas o la gente no se ve obligada a quedarse encerrada, pues hace buen tiempo.
Las olas pueden mejorar radicalmente al alcanzar niveles de inmunidad en las poblaciones humanas. A medida que más gente se vuelve inmune a la COVID-19 y su propagación se detiene, al final el virus no encuentra individuos para infectar.
La primera ola de una epidemia significa que el virus comienza a propagarse entre muchas personas, más y más cada día y luego se alcanza un número máximo de casos diarios. Durante esta fase, también aumentan los resultados positivos en las pruebas de diagnóstico de la COVID-19 en las personas con y sin síntomas, el número de casos, las hospitalizaciones y las muertes. Luego de este pico, el virus se propaga menos, ya sea porque hay más personas que se han infectado o porque han aprendido cómo evitar la infección o propagar el virus. Por consiguiente, las tasas de transmisión disminuyen y menos personas se enferman durante este período de tiempo.
La segunda ola tiene lugar cuando el número de casos diarios comienza a aumentar nuevamente. Esta ola tiende a ser peor que la primera en cuanto a infecciones diarias y enfermedades graves. El término “segunda ola” se usa para que la población pueda distinguirlo del primer aumento repentino de casos. Asimismo, indica un período de tiempo cuando la propagación del virus comienza un aumento prolongado de infecciones. Con frecuencia se comienzan a probar tratamientos y vacunas durante este período, porque los científicos tienen la esperanza de saber más sobre el virus, su genética, cómo se propaga y qué otros efectos ejerce en el cuerpo durante este tiempo. Normalmente, los médicos pueden diagnosticar la enfermedad más fácilmente durante la segunda ola.
La tercera ola sobreviene cuando se observa un tercer pico en la población y con frecuencia se produce como consecuencia de los determinantes sociales de la salud. Esto significa que las personas con bajos ingresos, las de color, las que no tienen hogar ni atención sanitaria, así como las poblaciones vulnerables, se ven afectadas porque no pueden evitar trabajar en lugares de alta exposición, como en supermercados, aeropuertos y restaurantes. Esta ola agrava con frecuencia las desigualdades económicas y las relativas a la atención sanitaria, ya que la gente no puede ausentarse del trabajo cuando se enferma, lo que provoca que otros individuos se infecten y de esta manera el ciclo continúa. Puede que las vacunas empiecen a lanzarse al mercado durante este período, lo cual ayuda a que las poblaciones avancen hacia la inmunidad colectiva para impedir futuras olas o que estas sean tan graves.
Por supuesto, la causa de todas estas olas proviene de los diferentes comportamientos que adoptan las personas, la falta de normas y acciones gubernamentales, los viajes, las actividades diarias y las variantes virales, entre otros factores. Las olas se producen en distintos momentos en diferentes regiones y presentan características diferentes en cada lugar. Los factores incluyen el número de personas que viven en contacto estrecho, el acceso a agua corriente y asistencia médica, y si pueden tomar medidas de prevención.
La Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones internacionales de la salud se refieren con frecuencia a “las olas” de una pandemia, pero no existe una definición oficial. Una ola es un número creciente de casos de COVID-19 que presenta un pico específico y luego disminuye. En un gráfico luce similar a la forma de una ola que crece, alcanza un límite y luego decrece. Una ola también se define en algunos casos como un aumento repentino o un brote.
Los científicos en salud pública comenzaron a usar este término para describir diferentes picos y valles de infecciones durante los brotes de gripe a finales de 1800 y la “gripe española” de 1918-1929. Recurrimos a esta pandemia histórica para poder comprender y clasificar la propagación de la enfermedad y utilizar los hallazgos como modelos que nos podrían ayudar a predecir cómo la COVID-19 se comportará en la actualidad.
Cada ola tiene una característica diferente y puede afectar a diferentes poblaciones, aun dentro de un mismo país. Esto depende de si la enfermedad es estacional o si es una enfermedad especialmente distinta, como la H1N1 en 2009-2010, la cual afectó más a las personas mayores con enfermedades preexistentes que a otros grupos de población. Cuando la gente sale en verano, las olas de enfermedades por gripe generalmente disminuyen porque las escuelas están cerradas o la gente no se ve obligada a quedarse encerrada, pues hace buen tiempo.
Las olas pueden mejorar radicalmente al alcanzar niveles de inmunidad en las poblaciones humanas. A medida que más gente se vuelve inmune a la COVID-19 y su propagación se detiene, al final el virus no encuentra individuos para infectar.
La primera ola de una epidemia significa que el virus comienza a propagarse entre muchas personas, más y más cada día y luego se alcanza un número máximo de casos diarios. Durante esta fase, también aumentan los resultados positivos en las pruebas de diagnóstico de la COVID-19 en las personas con y sin síntomas, el número de casos, las hospitalizaciones y las muertes. Luego de este pico, el virus se propaga menos, ya sea porque hay más personas que se han infectado o porque han aprendido cómo evitar la infección o propagar el virus. Por consiguiente, las tasas de transmisión disminuyen y menos personas se enferman durante este período de tiempo.
La segunda ola tiene lugar cuando el número de casos diarios comienza a aumentar nuevamente. Esta ola tiende a ser peor que la primera en cuanto a infecciones diarias y enfermedades graves. El término “segunda ola” se usa para que la población pueda distinguirlo del primer aumento repentino de casos. Asimismo, indica un período de tiempo cuando la propagación del virus comienza un aumento prolongado de infecciones. Con frecuencia se comienzan a probar tratamientos y vacunas durante este período, porque los científicos tienen la esperanza de saber más sobre el virus, su genética, cómo se propaga y qué otros efectos ejerce en el cuerpo durante este tiempo. Normalmente, los médicos pueden diagnosticar la enfermedad más fácilmente durante la segunda ola.
La tercera ola sobreviene cuando se observa un tercer pico en la población y con frecuencia se produce como consecuencia de los determinantes sociales de la salud. Esto significa que las personas con bajos ingresos, las de color, las que no tienen hogar ni atención sanitaria, así como las poblaciones vulnerables, se ven afectadas porque no pueden evitar trabajar en lugares de alta exposición, como en supermercados, aeropuertos y restaurantes. Esta ola agrava con frecuencia las desigualdades económicas y las relativas a la atención sanitaria, ya que la gente no puede ausentarse del trabajo cuando se enferma, lo que provoca que otros individuos se infecten y de esta manera el ciclo continúa. Puede que las vacunas empiecen a lanzarse al mercado durante este período, lo cual ayuda a que las poblaciones avancen hacia la inmunidad colectiva para impedir futuras olas o que estas sean tan graves.
Por supuesto, la causa de todas estas olas proviene de los diferentes comportamientos que adoptan las personas, la falta de normas y acciones gubernamentales, los viajes, las actividades diarias y las variantes virales, entre otros factores. Las olas se producen en distintos momentos en diferentes regiones y presentan características diferentes en cada lugar. Los factores incluyen el número de personas que viven en contacto estrecho, el acceso a agua corriente y asistencia médica, y si pueden tomar medidas de prevención.
A medida que la COVID-19 se ha propagado por todo el mundo, en los países están llegando la primera, segunda y tercera olas de la epidemia en diferentes momentos. Esto viene determinado generalmente por aspectos específicos de cada región y su población, pero es un tema complejo y no se puede definir claramente.
A medida que la COVID-19 se ha propagado por todo el mundo, en los países están llegando la primera, segunda y tercera olas de la epidemia en diferentes momentos. Esto viene determinado generalmente por aspectos específicos de cada región y su población, pero es un tema complejo y no se puede definir claramente.