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Hasta la fecha, no se han realizado estudios a gran escala que hayan examinado los posibles efectos secundarios de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, pero es probable que haya episodios más agudos de los efectos secundarios comunes que suelen ocurrir después de una segunda dosis (por ejemplo, dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular, fiebre, hinchazón). No hay evidencia que demuestre que una tercera dosis causaría un aumento en las tasas de cáncer, infarto cardíaco o muerte entre los vacunados.
Hasta la fecha, no se han realizado estudios a gran escala que hayan examinado los posibles efectos secundarios de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, pero es probable que haya episodios más agudos de los efectos secundarios comunes que suelen ocurrir después de una segunda dosis (por ejemplo, dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular, fiebre, hinchazón). No hay evidencia que demuestre que una tercera dosis causaría un aumento en las tasas de cáncer, infarto cardíaco o muerte entre los vacunados.
Israel ha sido testigo de un aumento reciente en los casos de COVID-19, principalmente debido a la variante delta que ingresó al país a través de viajeros internacionales. El gran aumento en los casos preocupa especialmente a los funcionarios gubernamentales. La mayoría de los casos nuevos se encuentran entre las personas que han completado su régimen de vacunación de dos dosis.
Los datos recientes no revisados por pares que publicó el Gobierno israelí mostraron caídas significativas en la protección de las personas completamente vacunadas contra:
a) infección por SARS-CoV-2 (del 75 % al 39 %) b) COVID-19 sintomático (del 79 % al 41 %)
Esto se debe principalmente a la aparición de la variante delta, que es más contagiosa. Sin embargo, la protección frente a hospitalizaciones y COVID-19 grave no disminuyó significativamente. Estos datos preliminares requieren una mayor investigación.
La variante delta se propaga con mucha más facilidad (~50 % más) que las cepas anteriores. Esto, junto con la relajación reciente de las medidas de protección, como el uso de tapabocas en interiores, probablemente contribuyó a la aparición de los nuevos casos, especialmente al avance de los casos entre las personas completamente vacunadas.
En julio, el Gobierno israelí distribuyó una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech a personas inmunodeprimidas. El Gobierno ahora está distribuyendo una tercera dosis a las personas mayores de 60 años. Esta decisión se basa en datos analizados inicialmente por Pfizer-BioNTech durante los ensayos en fase 3 de la vacuna. Los datos mostraron que aproximadamente entre cuatro y seis meses después de recibir una segunda dosis, puede haber una caída en la protección contra la infección sintomática. Esto aún no se ha corroborado con datos del mundo real, ya que la variante delta surgió más recientemente que el ensayo clínico.
Hasta la fecha, no se han realizado estudios a gran escala que hayan examinado los posibles efectos secundarios de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, pero es probable que haya episodios más agudos de los efectos secundarios comunes que suelen ocurrir después de una segunda dosis (por ejemplo, dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular, fiebre, hinchazón). No hay evidencia que demuestre que una tercera dosis causaría un aumento en las tasas de cáncer, infarto cardíaco o muerte entre los vacunados.
Los CDC y la FDA en los Estados Unidos siguen confiando en que un régimen de dos dosis es suficiente en este momento y están centrados en expandir el número de personas completamente vacunadas con dos dosis. Actualmente, también están examinando la necesidad de una tercera dosis entre las poblaciones de EE. UU.
En términos más generales, los expertos creen que la promoción de una tercera dosis en las naciones más ricas con tasas de vacunación ya altas solo agravará las disparidades mundiales en el acceso a las vacunas contra la COVID-19.
Israel ha sido testigo de un aumento reciente en los casos de COVID-19, principalmente debido a la variante delta que ingresó al país a través de viajeros internacionales. El gran aumento en los casos preocupa especialmente a los funcionarios gubernamentales. La mayoría de los casos nuevos se encuentran entre las personas que han completado su régimen de vacunación de dos dosis.
Los datos recientes no revisados por pares que publicó el Gobierno israelí mostraron caídas significativas en la protección de las personas completamente vacunadas contra:
a) infección por SARS-CoV-2 (del 75 % al 39 %) b) COVID-19 sintomático (del 79 % al 41 %)
Esto se debe principalmente a la aparición de la variante delta, que es más contagiosa. Sin embargo, la protección frente a hospitalizaciones y COVID-19 grave no disminuyó significativamente. Estos datos preliminares requieren una mayor investigación.
La variante delta se propaga con mucha más facilidad (~50 % más) que las cepas anteriores. Esto, junto con la relajación reciente de las medidas de protección, como el uso de tapabocas en interiores, probablemente contribuyó a la aparición de los nuevos casos, especialmente al avance de los casos entre las personas completamente vacunadas.
En julio, el Gobierno israelí distribuyó una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech a personas inmunodeprimidas. El Gobierno ahora está distribuyendo una tercera dosis a las personas mayores de 60 años. Esta decisión se basa en datos analizados inicialmente por Pfizer-BioNTech durante los ensayos en fase 3 de la vacuna. Los datos mostraron que aproximadamente entre cuatro y seis meses después de recibir una segunda dosis, puede haber una caída en la protección contra la infección sintomática. Esto aún no se ha corroborado con datos del mundo real, ya que la variante delta surgió más recientemente que el ensayo clínico.
Hasta la fecha, no se han realizado estudios a gran escala que hayan examinado los posibles efectos secundarios de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, pero es probable que haya episodios más agudos de los efectos secundarios comunes que suelen ocurrir después de una segunda dosis (por ejemplo, dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular, fiebre, hinchazón). No hay evidencia que demuestre que una tercera dosis causaría un aumento en las tasas de cáncer, infarto cardíaco o muerte entre los vacunados.
Los CDC y la FDA en los Estados Unidos siguen confiando en que un régimen de dos dosis es suficiente en este momento y están centrados en expandir el número de personas completamente vacunadas con dos dosis. Actualmente, también están examinando la necesidad de una tercera dosis entre las poblaciones de EE. UU.
En términos más generales, los expertos creen que la promoción de una tercera dosis en las naciones más ricas con tasas de vacunación ya altas solo agravará las disparidades mundiales en el acceso a las vacunas contra la COVID-19.
Un aumento reciente en los casos relacionado con la propagación de la variante delta del SARS-CoV-2 en Israel ha llevado a un cambio en la política gubernamental respecto a una tercera dosis de la vacuna de ARNm de Pfizer-BioNTech entre ciertas poblaciones vulnerables.
Esta decisión de ofrecer una dosis de refuerzo a las poblaciones vulnerables ha coincidido con la viralización de videos que afirman que una tercera dosis tendrá efectos secundarios graves, como tasas elevadas de cáncer, infartos cardíacos y muertes.
Un aumento reciente en los casos relacionado con la propagación de la variante delta del SARS-CoV-2 en Israel ha llevado a un cambio en la política gubernamental respecto a una tercera dosis de la vacuna de ARNm de Pfizer-BioNTech entre ciertas poblaciones vulnerables.
Esta decisión de ofrecer una dosis de refuerzo a las poblaciones vulnerables ha coincidido con la viralización de videos que afirman que una tercera dosis tendrá efectos secundarios graves, como tasas elevadas de cáncer, infartos cardíacos y muertes.