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La investigación actual no ha demostrado un vínculo entre las vacunas de ARNm contra la COVID-19 y los coágulos de sangre. Los líderes en el campo de la salud de todo el mundo continúan alentando a todas las personas a vacunarse contra la COVID-19 cuando la vacuna esté disponible para ellas.
La investigación actual no ha demostrado un vínculo entre las vacunas de ARNm contra la COVID-19 y los coágulos de sangre. Los líderes en el campo de la salud de todo el mundo continúan alentando a todas las personas a vacunarse contra la COVID-19 cuando la vacuna esté disponible para ellas.
La investigación actual no ha demostrado un vínculo entre las vacunas de ARNm contra la COVID-19 y los coágulos de sangre. Los líderes en el campo de la salud de todo el mundo continúan alentando a todas las personas a vacunarse contra la COVID-19 cuando la vacuna esté disponible para ellas.
Entre los puntos más destacados de la reunión del 3 al 6 de mayo de 2021, la Agencia Europea de Medicamentos sugirió que “no hay una señal de farmacovigilancia para las vacunas de ARNm”. Una señal en el campo de la farmacovigilancia es un problema nuevo o conocido que podría haber sido causado por un medicamento. Que se de una señal significa que el problema debe estudiarse más a fondo. En este sentido, escribieron que “las pruebas actuales no sugieren una relación causal” entre la vacuna de Moderna contra la COVID-19 y la aparición de coágulos de sangre. Asimismo, señalaron que la cantidad de coágulos de sangre observados en los pacientes que recibieron la vacuna es menor que en las personas que no fueron vacunadas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. también continúan afirmando que la aparición de coágulos de sangre no se ha relacionado con las vacunas de ARNm, incluso después de haberse administrado más de 210 millones de dosis.
Finalmente, un estudio publicado en junio de 2021 con datos de Escocia analizó 0,82 millones de casos de personas que recibieron su primera dosis de la vacuna de ARNm de Moderna. Éste encontró que la vacuna no se asociaba a la formación de coágulos sanguíneos en los primeros 28 días posteriores a la administración de la vacuna.
La investigación actual no ha demostrado un vínculo entre las vacunas de ARNm contra la COVID-19 y los coágulos de sangre. Los líderes en el campo de la salud de todo el mundo continúan alentando a todas las personas a vacunarse contra la COVID-19 cuando la vacuna esté disponible para ellas.
Entre los puntos más destacados de la reunión del 3 al 6 de mayo de 2021, la Agencia Europea de Medicamentos sugirió que “no hay una señal de farmacovigilancia para las vacunas de ARNm”. Una señal en el campo de la farmacovigilancia es un problema nuevo o conocido que podría haber sido causado por un medicamento. Que se de una señal significa que el problema debe estudiarse más a fondo. En este sentido, escribieron que “las pruebas actuales no sugieren una relación causal” entre la vacuna de Moderna contra la COVID-19 y la aparición de coágulos de sangre. Asimismo, señalaron que la cantidad de coágulos de sangre observados en los pacientes que recibieron la vacuna es menor que en las personas que no fueron vacunadas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. también continúan afirmando que la aparición de coágulos de sangre no se ha relacionado con las vacunas de ARNm, incluso después de haberse administrado más de 210 millones de dosis.
Finalmente, un estudio publicado en junio de 2021 con datos de Escocia analizó 0,82 millones de casos de personas que recibieron su primera dosis de la vacuna de ARNm de Moderna. Éste encontró que la vacuna no se asociaba a la formación de coágulos sanguíneos en los primeros 28 días posteriores a la administración de la vacuna.
No todos los coágulos de sangre son perjudiciales. Cuando el cuerpo se lastima, las células sanguíneas y otras moléculas se unen para formar un coágulo sólido. El coágulo ayuda a detener la pérdida de sangre y evita que los gérmenes ingresen al cuerpo.
Los coágulos de sangre pueden ser peligrosos cuando se forman dentro de un vaso sanguíneo en el cerebro, el corazón, los pulmones u otra parte del cuerpo. Los problemas de salud como infecciones, cirugías o inflamación pueden causar coágulos de sangre. También se han vinculado con la edad (más de 65 años), factores relativos al estilo de vida, como fumar o permanecer quieto durante períodos muy prolongados, el embarazo y algunos medicamentos (como las píldoras anticonceptivas). Los coágulos de sangre también se han relacionado con la infección por COVID-19.
Los coágulos que impiden que la sangre llegue al cerebro pueden provocar un accidente cerebrovascular o ictus. Los coágulos que bloquean el flujo sanguíneo al corazón pueden causar un infarto cardíaco. Los coágulos en los pulmones pueden ocasionar problemas respiratorios y los coágulos en las piernas pueden producir hinchazón y dolor. Si alguien tiene un coágulo de sangre que bloquea un vaso sanguíneo, se necesita asistencia médica de emergencia.
Para diagnosticar un coágulo de sangre, los proveedores de asistencia médica observan los síntomas del paciente y realizan pruebas clínicas. Los análisis de sangre pueden incluir factores de coagulación, plaquetas, fibrinógeno y otros. También pueden utilizarse otras pruebas como la tomografía axial computarizada (TAC) o la ecografía.
Una forma de detectar coágulos de sangre es mediante un análisis de sangre llamado dímero D. El dímero D es una proteína de la sangre que se libera cuando un coágulo de sangre comienza a disolverse o descomponerse. Cuando el nivel de dímero D es alto, puede deberse a un coágulo, pero existen muchas otras causas posibles.
El nivel también puede ser alto debido a lo siguiente:
- embarazo - fumar cigarrillos - infección o sepsis - inflamación - problemas autoinmunes - edad avanzada - cáncer - otras causas
Un proveedor de atención médica debe evaluar los análisis de sangre y los síntomas de forma conjunta para decidir qué tipo de tratamiento puede ser necesario.
Los científicos han descubierto un posible vínculo entre las vacunas contra la COVID-19 de AstraZeneca y Johnson & Johnson y los coágulos de sangre en algunas personas. El riesgo de que se formen coágulos de sangre debido a estas vacunas es bajo para la mayoría de las personas. Aunque es poco común, la mayoría de los casos de coágulos sanguíneos se han observado en mujeres menores de 60 años en las dos (AstraZeneca) o tres (Johnson & Johnson) semanas posteriores a la vacunación. Las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson no son vacunas de ARNm.
No todos los coágulos de sangre son perjudiciales. Cuando el cuerpo se lastima, las células sanguíneas y otras moléculas se unen para formar un coágulo sólido. El coágulo ayuda a detener la pérdida de sangre y evita que los gérmenes ingresen al cuerpo.
Los coágulos de sangre pueden ser peligrosos cuando se forman dentro de un vaso sanguíneo en el cerebro, el corazón, los pulmones u otra parte del cuerpo. Los problemas de salud como infecciones, cirugías o inflamación pueden causar coágulos de sangre. También se han vinculado con la edad (más de 65 años), factores relativos al estilo de vida, como fumar o permanecer quieto durante períodos muy prolongados, el embarazo y algunos medicamentos (como las píldoras anticonceptivas). Los coágulos de sangre también se han relacionado con la infección por COVID-19.
Los coágulos que impiden que la sangre llegue al cerebro pueden provocar un accidente cerebrovascular o ictus. Los coágulos que bloquean el flujo sanguíneo al corazón pueden causar un infarto cardíaco. Los coágulos en los pulmones pueden ocasionar problemas respiratorios y los coágulos en las piernas pueden producir hinchazón y dolor. Si alguien tiene un coágulo de sangre que bloquea un vaso sanguíneo, se necesita asistencia médica de emergencia.
Para diagnosticar un coágulo de sangre, los proveedores de asistencia médica observan los síntomas del paciente y realizan pruebas clínicas. Los análisis de sangre pueden incluir factores de coagulación, plaquetas, fibrinógeno y otros. También pueden utilizarse otras pruebas como la tomografía axial computarizada (TAC) o la ecografía.
Una forma de detectar coágulos de sangre es mediante un análisis de sangre llamado dímero D. El dímero D es una proteína de la sangre que se libera cuando un coágulo de sangre comienza a disolverse o descomponerse. Cuando el nivel de dímero D es alto, puede deberse a un coágulo, pero existen muchas otras causas posibles.
El nivel también puede ser alto debido a lo siguiente:
- embarazo - fumar cigarrillos - infección o sepsis - inflamación - problemas autoinmunes - edad avanzada - cáncer - otras causas
Un proveedor de atención médica debe evaluar los análisis de sangre y los síntomas de forma conjunta para decidir qué tipo de tratamiento puede ser necesario.
Los científicos han descubierto un posible vínculo entre las vacunas contra la COVID-19 de AstraZeneca y Johnson & Johnson y los coágulos de sangre en algunas personas. El riesgo de que se formen coágulos de sangre debido a estas vacunas es bajo para la mayoría de las personas. Aunque es poco común, la mayoría de los casos de coágulos sanguíneos se han observado en mujeres menores de 60 años en las dos (AstraZeneca) o tres (Johnson & Johnson) semanas posteriores a la vacunación. Las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson no son vacunas de ARNm.